«Una red de calefacción, también una red de calefacción urbana, distribuye el calor en una ciudad a través de tuberías que corren bajo tierra en las carreteras públicas. Este calor puede ser en forma de agua caliente o vapor. Los usuarios de la calefacción urbana optan por la conexión -como en el caso del gas- y, gracias a un intercambiador, pueden beneficiarse de este calor».
«Las primeras redes se crearon en la década de 1930. Pero fue principalmente después de la crisis del petróleo de 1974 y el estímulo del Estado que estos sistemas los desarrollaron».
«380 grandes redes urbanas, por no hablar de las redes de emplazamientos públicos o privados, calientan a 2.500.000 personas en su vida cotidiana, en el trabajo o en el ocio, en más de 250 ciudades. Esto representa más de 10.000 kilómetros de tuberías suministradas por más de 20 GW, es decir, el 6% de la energía consumida en Francia por la calefacción.
«El calor se produce en grandes centrales eléctricas en las que se pueden utilizar varias fuentes de combustible, como el fuelóleo pesado, el carbón, el gas, la madera, la energía geotérmica o los residuos domésticos. En algunos casos, una parte de la energía producida se convierte en electricidad mediante un turboalternador. Al mismo tiempo, también hay tuberías que distribuyen agua muy fría (6 grados) que pueden sustituir a los sistemas de aire acondicionado convencionales».
«Las principales ventajas de la calefacción urbana son las siguientes:
- control de los costes energéticos,
- desarrollo de la multi-energética,
- posibilidad de que la planta de energía se enfríe»
Fuente: http://www.ecologie-urbaine.org/