RECORRIDO DEL MUNDO HABITAT VISTO POR LA SOCIEDAD CIVIL

Financiamiento de la vivienda

Dernière mise à jour le 28 agosto 2019

Definición

Manuel Aalbers (Universidad Católica de Lovaina, Bélgica), propone una definición económica del fenómeno: la financiarización puede caracterizarse como el paso del capital del circuito primario, secundario o terciario al circuito cuaternario del capital (= el de las finanzas).  (en Financialization of Home and the Mortgage Market Crisis – 2008). Esta fue una forma de acumulación de capital desposeído para David Harvey, un geógrafo británico.

En la publicación de European Coalition Action, también de Manuel Aalbers, se propone otra definición -en términos de relaciones de poder- inspirada en Epstein (2005): la financiarización es la creciente dominación de los actores financieros, los mercados, las prácticas, los modos de evaluación y las narrativas, a diferentes escalas, y que conduce a una transformación estructural de las economías, las empresas (incluidas las instituciones financieras), los Estados y los hogares. (en Financiarización de la vivienda: tendencias, actores y procesos – 2018)

¿Por qué y cómo?

La vivienda es un aspecto central de la financiarización. La financiarización de los mercados hipotecarios requiere que no sólo la vivienda, sino también los propietarios, sean considerados financieramente viables. Dado que los mercados hipotecarios son tanto mercados de consumo locales como mercados de inversión globales, la dinámica de la financiarización y la globalización vinculan directamente a los (pequeños) propietarios de viviendas con los inversores globales, lo que explica la crisis de eliminación de 2008.

La sección jurídica explicativa

El mecanismo de financiarización de la vivienda se basa en una realidad: la de la propiedad individual. Por lo tanto, hay que recordar que en la ley, la propiedad se divide en tres derechos reales:

  • El USUS que da el derecho de usar una propiedad
  • El FRUCTUS que permite recoger el fruto (el usufructo) de una propiedad.
  • El ABUSUS que permite disponer completamente de una propiedad. Para que podamos transformarlo – regalarlo – destruirlo

Como podemos ver, el abusus es la propiedad total que permite al propietario actuar totalmente a su antojo con su vivienda. Es por ello que la noción de apropiación también se refiere a las relaciones de poder que se establecen entre los actores. «La propiedad es una relación simbólica entre dos entidades humanas (colectiva o individual). Esta relación expresa una relación de poder entre estas dos entidades, la primera legitimando el acceso de la segunda a una «delegación de poder», simbolizada por un objeto medio (que puede ser absolutamente todo, mineral, vegetal, animal, humano, abstracto)». (Historia de la propiedad individual por homo-rationalis.com)

Como corolario, el propietario puede decidir llevar su casa a una forma de especulación inmobiliaria o especulación del suelo. La Federación de Notarios de Bélgica propone la siguiente definición de especulación inmobiliaria: «La especulación se define como especulación cuando los beneficios obtenidos se consideran el resultado de una gestión «arriesgada», sin que se trate de una actividad profesional. La administración tiene en cuenta diferentes criterios para demostrar que ha habido especulación. Incluso si la especulación es una consecuencia de la financiarización, los dos fenómenos no deben confundirse.

Es por eso que muchos movimientos sociales están abogando por el reconocimiento de una función social de la propiedad. La idea aquí es que el uso de una vivienda, una propiedad, debe tener prioridad sobre el derecho de abuso. La financiarización de la vivienda se desarrolla gracias a la ausencia de marcos jurídicos adecuados (locales – nacionales – internacionales) (o incluso de reglamentaciones favorables) que deberían proteger el derecho a la vivienda.

La sección económica explicativa

Una breve historia ayuda a comprender los antecedentes del fenómeno. (basado en Manuel Aalbers).

En la década de 1920 en los Estados Unidos, los bancos comerciales fueron capaces de entrar en el mercado inmobiliario…. lo que no es ajeno a la famosa caída de 1929. Por lo tanto, Estados Unidos establecerá el mercado hipotecario en una versión «moderna», con directrices estandarizadas: préstamos hipotecarios a largo plazo – construcción de viviendas subvencionadas – reglamentos de construcción – el Estado facilita el acceso al crédito y evita la ejecución hipotecaria de las viviendas.

Durante la segunda mitad del siglo XX, las tasas de interés cayeron, lo que facilitó el acceso de las personas de bajos ingresos a los préstamos hipotecarios. Estamos siendo testigos de un fuerte crecimiento en el acceso a la propiedad de la vivienda. El coeficiente de deuda de los hogares está aumentando considerablemente. Es incluso una voluntad declarada del Banco Mundial a finales de siglo, animando a los países a «ofrecer» a los ciudadanos el acceso a la propiedad.

A finales del siglo XX (década de 1990), el crecimiento de la economía real mundial se estancó. Esta es la razón por la que las finanzas (como un aumento del capital monetario) se utilizan para revitalizar la economía mundial. Como resultado, el sector financiero está pasando de ser un catalizador del crecimiento económico a una industria de pleno derecho (Engelen 2003). Así nació el circuito económico «cuaternario». Esto da como resultado un mercado hipotecario que sigue existiendo en el mercado primario, pero que también se desarrolla en el mercado secundario. El mercado primario de crédito hipotecario es el que generalmente se está desarrollando a nivel nacional, en el sector inmobiliario, con prestamistas y prestatarios. El nuevo mercado inmobiliario «secundario» es global. Lo que se intercambia ya no son bienes raíces (vivienda), sino títulos de propiedad. Estos títulos representan una pequeña parte de la propiedad inmobiliaria. Así, una persona tendrá un cierto número de títulos, sin siquiera imaginar que el último de estos títulos son las viviendas ocupadas por sus habitantes. Esto se llama titulización de la vivienda, una de las formas más sutiles de financiamiento de la vivienda.

En 2008, la globalización del intercambio de estos valores, con políticas que ya no encajan en esta bolsa de capitales, conducirá a la crisis de las hipotecas de alto riesgo. Otra forma de financiarización está emergiendo: los fondos buitres. Cuando algunos de estos valores están respaldados por préstamos dudosos (los prestatarios no tienen realmente los medios para pagar), algunos jugadores los compran a bajo precio (los Fondos depredador). El Estado americano ha hecho una importante contribución a esta desregulación internacional, de ahí su responsabilidad en esta crisis. Uno de los países que ilustran este fenómeno de financiarización es España. Un ejemplo típico de acumulación de capital por desposesión (David Harvey).

¿Cuáles son los resultados?

  • En primer lugar, la crisis se atribuye a la deuda pública, que permite que las políticas neoliberales reduzcan significativamente el gasto público. Sin embargo, como hemos visto, es una deuda privada la que ha llevado a la crisis. Leer las publicaciones del CADTM sobre el tema. En consecuencia, se están estableciendo nuevas normas (denominadas normas macroprudenciales). Regulan las hipotecas que son altamente accesibles a los grupos de menores ingresos.
  • En segundo lugar, se analiza la financiarización de la vivienda en todos sus aspectos, lo que permite vincular fenómenos que no parecen estar relacionados a priori: desalojosaburguesamiento – viviendas desocupadas – acaparamiento de tierras – UBER – RBNB -…. (véase la publicación 2018 de European Coalition Action: Housing financialization, trends, actors and processes, publicada por la Fundación Rosa Luxembourg).
  • En tercer lugar, para contrarrestar estos fenómenos y permitir que las personas mantengan sus hogares sin endeudarse, los modelos de vivienda están volviendo a la vanguardia y están siendo promovidos por ciertos movimientos sociales: cooperativas, Community Land Trust, vivienda colaborativa, vivienda ligera (yurta, cabaña, casa pequeña)…. en resumen, lo que también se conoce como la producción social de la vivienda.